Protagonistas de 30 años de Fundación Ilundain

Modou


Llegué a Pamplona desde Senegal en 2007, con 17 años. Soy el mayor de cinco hermanos y pude venir ya que mi padre ya trabajaba aquí. Estudié castellano en ANAFE y José Mª Iribarren y, a través de la oficina de empleo de Rochapea, me apunté en la Escuela Taller de albañilería de Fundación Ilundain. He cambiado mucho desde entonces: Ilundain me permitió aprender un oficio, coger experiencia y seguridad. Al término de mi formación y a través de Lan Sarreran conseguí trabajar en empresas como ACR, Obernasa y Gestamp, donde continúo actualmente y así puedo mandar dinero a mi familia en mi país.
Ilundain me permitió aprender un oficio, coger experiencia y seguridad

Sayoa


En 3º de la ESO dejé el instituto, aunque ahora me gustaría poder retomar esos estudios. En Fundación Ilundain me di cuenta que servía para trabajar, era algo que realmente me gustaba. Encontré un ambiente muy bueno, de gente que quizá no éramos muy buenos en los estudios, pero teníamos claro que queríamos formarnos y trabajar. Estuve en la Escuela Taller de Jardinería y, a su finalización, me apunté a un curso de limpieza, en el que tuve la oportunidad de hacer prácticas en la empresa CLECE, en la que actualmente sigo trabajando. Siempre he buscado oportunidades y nuevas formas de completar mi formación. Creo que soy una persona muy trabajadora, al menos eso me dicen.
Siempre he buscado oportunidades y nuevas formas de completar mi formación

Fran


En Fundación Ilundain pasé una de las etapas más transformadoras de mi vida. Tras un bache personal, necesitaba encontrar un lugar en el que dieran una oportunidad a “mi nuevo yo”, no al pasado. Y en el Centro de Inserción Sociolaboral encontré esto: que me acogieran, me respaldasen y creyesen en mí. Durante tres años me formé como carpintero y también como persona. Porque trabajar implica una responsabilidad en el cumplimiento de rutinas y también respecto a los tajos que allí realizábamos y que tenían una gran calidad artesanal. Y todo eso te centra, te hace alejarte de malos hábitos, te sube la autoestima y repercute en tu vida diaria y en la de las personas de tu alrededor.
En 3 años me formé como carpintero y también como persona

Tanya


Repetiría 100 veces la experiencia que viví en Ilundain. Entré con 14 años en lo que entonces era la UCA y me encontré con un entorno educativo muy diferente a lo que estaba acostumbrada. Ilundain era un entorno abierto que tenía una granja con animales, pasaba poco rato en el aula y las clases eran distintas, con un profesorado mucho más cercano que parecía entenderte. Y todo eso me enganchó. Luego pasé a PCPI en la especialidad de carpintería y posteriormente a la Escuela Taller, también de carpintería. Sí, un oficio tradicionalmente masculino, pero puedo asegurar que no por ser mujer era la última. Éramos tres chicas en clase y nos hicimos nuestro hueco, de igual a igual, con los compañeros, varios de los cuales son amigos míos en la actualidad. En Lan Sarreran me orientaron profesionalmente y amplié mi currículum con diversos cursos de formación. Soy consciente de que en la actualidad está todo muy difícil, si bien, a mis 23 años, miro atrás y compruebo que no he parado. Y ése es mi propósito: seguir capacitándome para acceder y permanecer, con garantías, en el mercado laboral.
Repetiría 100 veces la experiencia que viví en Ilundain

Nourddine


Después de estar casi un año y medio en la Escuela Taller de la Fundación Ilundain, comencé a trabajar en la empresa M.Torres. Era mi primer trabajo y la experiencia fue totalmente inolvidable. Pude conocer a mucha gente, aprender realmente cómo es el trabajo y, además, ganar un sueldo que me permitía ayudar a mi familia. Antes de entrar en la Fundación Ilundain yo era muy tímido, pero me he dado cuenta de que la timidez no vale para nada. Si quieres conseguir algo, tienes que dar lo mejor de ti para conseguirlo, y eso es lo que estoy haciendo actualmente. Todos los días me levanto con ganas de volver a trabajar y buscar un futuro mejor.
Si quieres conseguir algo, tienes que dar lo mejor de ti para conseguirlo

Joana


En 2004, con apenas 14 años, entré en una de las residencias de Fundación Ilundain. ¿Quién me iba a decir que once años después iba a volver a esta residencia, pero ahora como una trabajadora? Actualmente soy una compañera más en la Fundación, ayudando en las labores de limpieza de los programas residenciales. Estoy feliz y, cuando miro hacia atrás, veo que la época en la que estuve en la Fundación fue muy positiva. Yo era muy joven y desde el principio me sentí muy querida, muy acogida. Me sirvió para aprender a madurar. Cuando salí de la residencia, en 2010, volví a entrar en contacto con la Fundación, esta vez a través del programa Lan Sarreran. Y otra vez volvieron a darme todo su apoyo para ayudarme en la búsqueda de empleo. He realizado varios cursos de limpieza, búsqueda de empleo o prevención de riesgos laborales y ahora ya puedo decir que estoy trabajando.
Estoy feliz y, cuando miro atrás, veo que la época en la que estuve en la Fundación fue muy positiva